miércoles, 1 de enero de 2014

Apostasía en la iglesia cristiana

Apostasía en la iglesia cristiana

2ª Tesalonicenses 2:3: “Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición”.

Apostasía significa, “abandonar, alejarse de la verdad”. Por lo tanto, un apostata es alguien que una vez creyó pero que ha rechazado la verdad de Dios. La apostasía, es básicamente una rebelión contra Dios porque es rebelarse contra la verdad. En el Antiguo Testamento, Dios advirtió al pueblo hebreo acerca de la idolatría y de la falta de fe que tenían en Él. En el Nuevo Testamento, las epístolas nos advierten acerca de no abandonar, alejarse de la verdad. La apostasía es una amenaza muy real y peligrosa.

Como cristianos debemos entonces preguntarnos: “¿Está ocurriendo una apostasía en la iglesia cristiana de hoy?” Algunos dirán que no y otros, que sí. Pero en la medida en que esperemos la manifestación del anticristo, ¿no deberíamos en primera instancia ver la manifestación de la apostasía? Y donde deberíamos mirar de primero, es en nuestra propia casa ya que la Biblia nos dice que el juicio empezará por la casa de Dios:

1ª Pedro 4:17: “Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios; y si primero comienza por nosotros, ¿cuál será el fin de aquellos que no obedecen al evangelio de Dios?”

Si de hecho existe una apostasía en la iglesia cristiana, no lo sabremos si primero no examinemos la Biblia para comparar la condición actual de la iglesia cristiana con la Palabra de Dios. Solo después de establecer una norma de verdad es que estableceremos una vara de medida por la cual detectar la apostasía.

La Biblia declara que si Ud. niega que Dios se encarnó en la persona de Jesús, Ud. está muerto en sus pecados (Juan 8:24, 58. Cf. Éxodo 3:14); que si niega la resurrección física de Jesús, su fe es vana (1ª Corintios 15:14; cf. Juan 2:19-21); que si Ud. pretende agregar obras a la salvación, Ud. no está en Cristo (Gálatas 3:1-3; 5:1-4); y que si Ud. predica un evangelio contrario al que los apóstoles predicaron, Ud. está maldito (Gálatas 1:8-9; cf. 1ª Corintios 15:1-4). Por lo tanto, negar cualquiera de estas doctrinas, y de acuerdo a las Escrituras, es estar fuera del cuerpo de Cristo, e invita esta negación, a la condenación eterna. Y esto, es obviamente, apostasía.

Dios les Bendiga

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